sábado, 26 de septiembre de 2015

Capítulo 18.

   El timbre de la casa suena y con algo de prisa, guarda algunas cosas en el bolso.
-¡Rox! ¡Max ya ha llegado!- Su madre eleva la voz.
-¡Ya bajo!- Grita mientras se mira en el espejo por última vez. Van a la bolera, pero se ha arreglado algo más de lo habitual.
   Sale de su habitación y baja las escaleras. El chico habla con sus padres en la entrada.
-Hola.- Le saluda con una sonrisa.
-¿Llevas dinero? ¿Móvil?- Pregunta su padre curioso.
-Sí, tranquilo. Ceno fuera, ya lo sabéis.
-Pasadlo bien.- La madre de la joven sonríe divertida.- No llegues muy tarde...
-No creo que llegue de madrugada, eso te lo aseguro.- Rox se ríe.- Hasta luego.
-Hasta otra, Max.- El padre de la joven le da un palmada en el hombro y los dos caminan hacia el coche de él.
-Pensé qué vendrías con la moto.- Comenta la chica una vez que se ha sentado dentro del vehículo.
-Hace frío y de todas formas, mi madre me ha obligado a llevarme el coche.- Se encoge de hombros y arranca.- Estás muy guapa.- Sonríe levemente.
   Rox le mira algo sorprendida. No esperaba aquel comentario por su parte, pero de alguna manera, le gusta escucharlo.
-Gracias... Tú tampoco vas nada mal.- La joven se fija en los vaqueros oscuros, las deportivas negras y la chaqueta de cuero.- Tú y los colores oscuros...
-Llevo una camiseta blanca.- Se ríe.
-Oh, eso tengo que verlo. No me lo creo.- Rox sonríe divertida.
-¿Quieres verla?- Pregunta divertido.
-Max... Por una vez, ¿puedes dejar de hacer comentarios con doble sentido? Ganarías más si no soltases frases como esas cada dos por tres.
-Se gana más siendo uno mismo.
-Y que lo digas...- Murmura la morena.
-Bueno, ¿contenta con nuestra primera cita?- El chico de ojos grises la mira tras frenar en un semáforo.
-Se puede decir que sí... Aunque realmente, es una cita doble.
-Ya bueno, pero es una cita igualmente.- Max sonríe burlón.- Me podría acostumbrar a esto.
   La chica también sonríe. Continúan el trayecto hasta el centro comercial en silencio. Max encuentra una plaza libre y deja el coche allí aparcado. Salen del vehículo y caminan hacia el interior en dirección a la zona de recreativos.
   El móvil del chico comienza a sonar. Responde y habla con alguien durante un par de minutos.
-Es Luke. Se retrasan.
-¿Por qué?- Pregunta curiosa.
-Los padres de Rosa les han mandado hacer un recado y tienen que ir a la otra punta de Denver. Pero en media hora están aquí.- Entran en la bolera y la música inunda sus oídos.- ¿Vamos reservando la pista?
-De acuerdo.- Rox asiente con la cabeza.- ¿Nos tomamos algo mientras les esperamos?
-Sí, vale. Voy reservando y ve tú a pedir algo, ¿te parece? Pide una cerveza por mi.
   La chica asiente con la cabeza y camina hacia el bar que hay a escasos metros. Encuentra una mesa y la ocupa, esperando a que algún camarero la atienda. Minutos después, un hombre le entrega una cerveza y un refresco.
-Ya estoy.- Max se sienta a la vez que el camarero se retira.- Gracias.
-Bueno, ¿qué te han contado mis padres?
-No mucho. No nos has dado tiempo de profundizar la conversación, pero parecen muy agradables.
-Lo son.- Ella sonríe levemente.
   Hablan durante un par de minutos, hasta que Max se despista mirando a una chica que pasa por allí. Le guiña el ojo y la joven le sonríe coqueta.
-Eh.- Rox chasquea los dedos frente a sus ojos.- Gracias por ignorarme.
-Perdona.- Se disculpa algo avergonzado. No ha podido evitarlo.
-Da igual. Ahora vuelvo.- Rox se levanta de la silla y él hace lo mismo. Max coge a la morena de ojos verdes por la muñeca y hace que se gire.- ¿Qué quieres?- Le mira cansada y algo molesta por lo ocurrido.
-Disculparme por ser tan gilipollas.- Murmura a escasos centímetros de su boca.
-He dicho que daba igual.
-A mi no me da igual.- Max acorta la distancia y le da un cálido beso.
   A ella le pilla por sorpresa, pero no se aparta. Lo profundiza y eso hace que el chico de ojos grises sonría sobre sus labios. Los segundos pasan y aquel beso finaliza. Se miran por unos instantes, hasta que la joven decide sentarse en su sitio y él hace lo mismo.
-Max... ¿Qué estamos haciendo?- Suspira nerviosa.



   Cierran los libros después de dos horas sin apartar la vista de ellos. Aunque Albert no ponga mucho empeño en clase, ha demostrado que fuera de ellas, sabe estudiar si quiere.
-Voy a por una Coca-Cola, ¿quieres algo?- El chico mira a su amiga, que asiente con la cabeza.
-Un vaso de agua.
-¿Solo eso?
-Solo.- Sonríe.
-De acuerdo, ahora vuelvo.- Albert sale de su habitación dejando a la chica allí.
   Aisha se levanta de la silla y contempla la estantería llena de viojuegos y de amiibos. Coge el amiibo de Kirby y sonríe divertida. Lo vuelve a dejar en su sitio y hace cuentas de todas las figuras que tiene el chico: Mario, Kirby, Sonic, Yoshi, Peach y Pikachu. Coge éste último y otra sonrisa pasa por su rostro.
-Ya estoy.- Albert cierra la puerta y se sonroja al ver que ella le mira divertida.
-No te avergüences.- Se ríe Aisha.-¿Podemos jugar con los amiibos?
-Si quieres...
-¡Sí! Dijiste que tenía que jugar una partida contigo, pues... Creo que es un buen momento para ello.
   Albert se ríe y deja lo que ha traído en la mesa del escritorio. Un par de vasos y una bolsa de patatas fritas. El chico enciende la televisión y conecta la Wii U.
-¿Qué juego quieres?- Pregunta el chico con una pequeña sonrisa.
-No sé, alguno que no sea muy difícil... Que no soy experta.
-¿Has jugado alguna vez a Mario Kart?
-¡Sí!- Asiente con la cabeza.- Pero no me pongas el circuito de Senda Arco Iris que me caigo.
   El gemelo de pelo oscuro se empieza a reír escandaloso. Ella se sonroja, pero se acaba riendo junto a su amigo.
-¿Te caes? ¿De verdad?
-Que sí, que jugaba con mi Nintendo y siempre me caía...
-Bueno, pues entonces te pongo otro circuito, tranquila. Así no te caes.
-Gracias.- Sonríe Aisha.- ¿Puedo elegir el amiibo?
-Claro, coge el que quieras.- El chico introduce el juego en la consola y espera a que se cargue.
   La italiana mira de nuevo hacia la estantería y coge el amiibo que quiere.
-Ya está.
-¿Kirby?
-Es que es muy bonito.
-Me lo regaló mi prima pequeña. Según ella era rosa y gordito.- Ambos se ríen.- Bien, me quedo con Yoshi.
-Pensé que cogerías a Mario.
-Para las carreras me gusta más Yoshi. Manías mías, supongo.- El chico se sienta en la cama y da unos golpes en éste para que Aisha se siente a su lado.- La primera copa de circuitos la haces tú, ¿vale?
-¿No íbamos a jugar los dos?
-Tendrás que aprender primero, ¿no? ¿O te quieres caer?
-Aprendo, aprendo.- Asiente frenéticamente con la cabeza.
   Albert pone la figura de Kirby en el punto de contacto del Wii U GamePad y éste se escanea. Unos segundos después, la opción de elegir a Kirby aparece en la pantalla.
-Vale, elige el circuito que quieras.
-Mm...- La chica los mira detenidamente.- Copa Hoja, mismo...
   El joven asiente con la cabeza y la primera carrera da comienzo. Aisha toca todos los botones que tiene el mando y se ríe divertida al ver que va en último puesto.
-¡¿Pero cómo se hace eso?! ¡Este no es el Mario Kart al que yo jugaba!
-Es el Mario Kart 8.- Aclara Albert.- A ver, espera.- Se sienta detrás de ella y la ayuda a controlar el mando.- Con este botón avanzas, con este saltas y con este puedes lanzar objetos...- La proximidad que hay entre ambos hace que la chica se ponga nerviosa.- ¿Puedes hacerlo sola?
-Creo... Creo que sí...- Susurra.
   La puerta de la habitación se abre, dejando ver a Alexy con ropa de calle y una cara divertida.
-¿No sabes llamar a la puerta o qué pasa?- Su hermano le mira serio.
-Perdón, no sabía que Aisha seguía aquí.- El chico alza las manos en son de paz.- He pasado por la tienda de videojuegos... No tienen a Toad todavía.
-Joder.- Resopla el chico.- ¿Cuándo piensan traerlo?
-Me ha dicho que han encargado varios amiibos, pero que no saben cuándo estarán disponibles.- Se encoge de hombros.- Bueno, me voy al club. Hasta luego...
-Hasta luego.- Albert le hace un gesto para que cierre la puerta y Alexy le hace caso.- Bueno, ya sabes controlar el mando. ¿Jugamos los dos?
-Sí, vale.
-¿Preparada para perder?- Sonríe burlón.
-Preparada.



   Da otra calada al cigarrillo que sostiene entre sus dedos y unos segundos después expulsa el espeso humo por sus labios. Se apoya sobre la pared de ladrillos que recubre todo la fachada y mira la cantidad de personas que esta noche se han reunido en el local. No le sorprende ver a tantos chicos allí.
-¿No te han dicho que fumar es malo?- Mira hacia el dueño de aquella voz. Sonríe de lado y se encoge de hombros a modo de respuesta,- ¿Me das una calada?
   Le pasa el cigarro y ve como aspira y retira la ceniza que sobra.
-Me dijo Brad que habías salido. ¿Te encuentras bien?
-Sí, solo necesitaba tomar el fresco.- Mete las manos en los bolsillos de los vaqueros y se muestra algo distraído.- No te vi llegar.
-No llevo mucho aquí, pero por lo que sé, tú... Llevas unas horas.
-Puede ser.- Alexy vuelve sonreír.- ¿Entramos?
-Sí, vamos. Te invito a una copa.
-Elliot, no es necesario...
-Insisto, venga.- El chico de ojos marrones sonríe y tira la colilla para después pisarla. Caminan de nuevo hacia el interior de aquel local.
   La música ha cambiado a un estilo bastante diferente a lo que están acostumbrados a escuchar allí y en estos momentos suena "New Americana" de Halsey. Alexy por un momento, se acuerda de que a Nyx y a Rox les gusta mucho aquella cantante y sonríe.
   Se acercan hasta la barra y entre la multitud, consiguen hacerse un hueco para ser vistos y pedir las bebidas. Varios minutos después, dan el primer trago de aquellas copas.
-Hacía mucho que no venías.
-Estoy bastante ocupado con exámenes y demás...
-Me lo imaginaba. El último año de instituto es el más pesado.- Elliot hace una mueca divertida.- Pero bueno, por lo menos has sacado tiempo para venir.
-Sí...- Sonríe divertido.- Oye, ¿has visto a los demás?
-¿Qué pasa? ¿No te agrada estar conmigo?- Pregunta curioso.
-¡Claro que me agrada! Era simple curiosidad.- Alexy se ríe. La única vez que coincidió con él, no era tan abierto como lo está demostrando ser hoy y realmente, aquello le gusta.- ¿Bailamos?
-Si dejas que me acabe esto, bailo lo que haga falta.- El castaño sonríe burlón.
-Pues venga, ¡date prisa!- El gemelo de pelo rubio se ríe.- ¡Tengo ganas de divertirme!
   Elliot le mira detenidamente. Llevaba mucho sin verle y tenía bastantes ganas de hacerlo. Hoy no puede perder el tiempo con Alexy...



   La castaña se lamenta al salir de aquel restaurante. Han pasado más de dos horas allí y realmente, han sido las dos horas más bochornosas de toda su vida. ¿En qué momento tuvo la idea de juntar a aquellos dos en una cita doble?
-¡Ultima vez que salgo con vosotros! ¡Lo juro!
-Cariño, que no ha sido para tanto...- Luke la abraza por los hombros pero ella se aparta.- Rosa...
-¡Ni Rosa ni nada! ¡Por poco no nos mandan a la calle!- Se cruza de brazos.- ¿A quién se le ocurre vacilar al jefe de cocina?
-A ellos.- Rox se encoge de hombros.- No se lo tengas en cuenta...
-¿Que no lo tenga en cuenta?
-Rosalya, relax. En el fondo ha sido muy gracioso.- Max suelta una carcajada al ver las caras que pone su mejor amigo.- Tendremos que venir más a menudo.
-Pues venís sin mi.
   La morena de ojos verdes mira a su amiga y suspira. Por una parte comprende a su amiga, porque como bien ha dicho casi les echan del local. Pero por otra... Es cierto que se ha reído con ellos.
-¿Nos vamos a tomar algo por ahí? Prometemos no montar escándalo.- El castaño alza las manos en son de paz.
-Yo debería irme a casa. Son las doce y no quiero llegar muy tarde.
-Venga Rox... Por favor...- Rosalya mira a su amiga.
-De verdad que no, chicos. Id vosotros y beberos algo por mi.- La joven se encoge de hombros.
-Te llevo a casa.- Max camina por aquel parking, hasta detenerse frente al coche de Luke.- Si eso, luego me reúno con vosotros.
-Bueno... Como queráis.- La chica abraza a Rox y ambas sonríen.- Gracias por haber venido.
-No hay de qué. Y no te enfades con ellos, anda.
-Bueno, bueno.- Hace una mueca que les hace reír a todos.
-Nos vemos el lunes Rox.- Luke le da otro abrazo.- ¿Cuántas bebemos a tu salud?
-Con una suficiente.- Se ríe.- ¡Hasta el lunes!
   La pareja entra en el coche y ellos dos caminan hacia la plaza en la que Max aparcó hace unas horas. Caminan en silencio, se sientan en silencio... Ninguno dice nada.
-¿Estaremos así todo el trayecto?- Suspira el chico de ojos grises.
-No lo sé.- Murmura la joven.
-Rox, mira... No voy a arrancar hasta no haber hablado contigo.- Hace una pequeña pausa para después mirarla.- Sé sincera... ¿Ese beso ha significado algo para ti?
-Sí...- Suspira.- Pero no puedo decir exactamente hasta qué punto ha sido importante.- Ella le devuelve la mirada y se muerde el labio nerviosa.- No quiero fastidiarla contigo, pero no sé si quiero volver a repetirlo.
-Eh, tranquila. Todo ha sucedido muy deprisa y entiendo que tengas dudas... Pero necesitaba saber si había significado algo.
-Ha significado mucho más de lo que crees...
-Pero entiendo que quieras hacer que no ha pasado.- Al pronunciar aquella frase, la voz de Max se quiebra.- Me he precipitado al besarte, lo siento.
-No lo sientas Max. Esto no quiere decir que no pueda volver a repetirse en un futuro...
-Sé más clara, por favor...
-Puede que tengas una oportunidad.- Rox muestra una pequeña sonrisa.- Solo necesito un poco de tiempo. ¿Ya lo he aclarado?
   El chico de ojos grises se ríe levemente para después arrancar y salir de aquel parking.
-Bien novata, esto no ha pasado, pero te estaré esperando para repetirlo.

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