miércoles, 23 de marzo de 2016

Capítulo 35.

   Deja las llaves sobre el mueble de la entrada y anuncia que ha llegado a casa junto a su amigo.
-¡Luke! ¡Luke!- Hannah baja corriendo las escaleras.
-¡Hola pequeña!- El joven abraza a su hermana con afecto.- ¿Cómo te ha ido hoy?
-¡Muy bien! ¡Hemos tenido que hacer una redacción en clase! ¡Max!- La niña mira al chico sonriendo.
-Hannah, ¡estás muy guapa!
-¿Es verdad que tienes novia?
-Sí.
-¡Me prometiste que te casarías conmigo!
-Enana, para tener un novio como yo, mejor no lo tengas...- El guitarrista se empieza a reír junto a su amigo.
-Nada de novios hasta los treinta.- Luke sonríe de lado.- Bueno, ¿de qué era esa redacción?
-Hannah, cariño. Tu redacción es realmente buena.- La madre del joven aparece por la puerta del salón.- Hola chicos, ¿qué ta el día?
-Como siempre...- Ambos se encogen de hombros.- Déjame leer la redacción de la enana.
-Toma.- Le entrega un folio antes de mirar a su hija.- Cámbiate de ropa, cielo.
-¡Voy!
-¿Esto es en serio? ¿Qué es el amor?- Max sonríe al leer el título de la redacción.
-Creo que los niños tienen más idea que los adultos sobre este tema.- La mujer suelta una carcajada.- La verdad es que redacta muy bien...
-Podríamos tener una escritora en la familia...
-Al igual que un periodista, ¿me equivoco?
   Luke se queda callado ante la respuesta de su madre. Por un momento, desvía la vista hacia otro lado hasta que decide mirar a la mujer.
-Mamá...
-No cambiarás de idea, ¿verdad?
   Él suspira y niega con la cabeza.
-Bueno, siempre podemos recomendarte una buena Universidad, ¿no?
-¿Mamá...?
-Hijo, ¡haznos ese favor! Si vas a estudiar Periodismo, al menos deja que te ayudemos, por favor.
   Max le mira sonriente. Desde luego, por primera vez en varios años, esta conversación ha terminado de buenas formas.
-Quitaos los abrigos y a la mesa. Ya está la comida.
-Sí, ya vamos.- Luke sube las escaleras corriendo seguido por el chico de ojos grises.- No sé qué habrá sido eso, pero...
-Tío, ya era hora de que lo aceptaran.
-¿Hoy tenéis ensayo?- Hannah entra en la habitación de su hermano con una sonrisa.
-Como todos los viernes, ¿por qué? ¿Necesitas ayuda con los deberes o algo?
-Sí...
-¿Qué te parece si te ayudamos y te vienes al auditorio con nosotros?
-¿Lo dices en serio?
-Claro.
-¡Genial!- La pequeña sale de allí corriendo para bajar las escaleras y anunciarle aquello a su madre.
-No habrá problema con los demás, ¿no?
-¡Pero si todos adoran a tu hermana!- Max sonríe y deja su abrigo sobre la cama.- Bonita foto, eh.- Señala el escritorio con la cabeza.
-Lo sé. Salimos muy favorecidos.- Luke mira la imagen sonriendo. Salen ellos dos hace varios años, durante un cumpleaños. Ambos tienen la cara llena de tarta, pero a pesar de eso, sonreían como si nada.- Deberíamos hacer otra así y comparar.
-Cuando quieras, compras tarta y nos la tiramos por la cara.- El guitarrista le abraza por el cuello, para después revolver su pelo.- Y vamos a comer ya, que luego no tenemos tiempo de nada.



   Como era de esperar, la pequeña Hannah ha acaparado toda la atención del grupo. En vez de estar ensayando, se han puesto a jugar con ella por el auditorio.
-¡Te pillé!- Alexy la coge en brazos y corre por el pasillo hasta llegar al escenario.- ¡La encontré!
-¡Siempre igual!- Hannah se cruza de brazos haciéndoles reír.- ¿Jugamos otra vez?
-¿Jugamos a otra cosa?- Rosalya pasa las manos por su pelo, intentando peinarse.
-¿A qué? Me niego a correr otra vez.- El rubio se sienta en el suelo, a la espera de que alguien proponga algo más interesante.
-¡Juguemos al escondite! Mm... ¡Max nos tiene que encontrar!- Rox mira al chico sonriente.
-¿Y por qué yo?
-Porque sí. Porque me apetece a mi.- La joven suelta una carcajada al ver su indignación.- Hannah, ¿quieres que cuente él también?
-¡Sí!- Y antes de darles tiempo a nada más, la niña baja del escenario corriendo en busca de un sitio donde poder ocultarse.
-Bien, contaré hasta treinta...- El guitarrista da media vuelta y se tapa la cara con las manos.- Uno, dos, tres, cuatro...
   Todos empiezan a moverse por allí. Algunos deciden esconderse entre las butacas, otros deciden subir a las gradas y algunos optan por ir tras el escenario.
-Aquí nos va a ver.- Aisha se hace un ovillo entre las butacas.- No hemos sido muy listas, eh.
-Que no nos pilla, hazme caso.- Dinna sonríe de lado.
-¿No os sentís emocionadas? Me siento como una niña pequeña.- Nyx está a punto de soltar una gran carcajada.- Hacía años que jugaba al escondite.
-Qué show. Deberían grabarnos.- La italiana mira por encima de la butacas.- Que viene.
-Mira que sois mala gente, ya podríamos haber sido dos contando...- Max eleva la voz para que todos le puedan escuchar.- Veo unas piernas por ahí... Tío, tus deportivas te delatan.- Avanza unos pasos y sonríe al ver a Albert.- Pillado.
-¿Qué tienen de especial mis deportivas?
-Son completamente azules, cualquiera se fijaría.
-Imbécil... ¡Ya podéis salir! Me toca contar...- El gemelo de pelo oscuro grita mientras se dirige al escenario.
-¿Tan pronto? ¡Qué poco has durado!- Nyx sale de su sitio al igual que sus dos amigas.- No vales para esto, dedícate a los videojuegos.
-Cállate.
-Siento tener que molestar, pero ya son las ocho. Deberíamos ensayar un poco...- David señala la pantalla de su móvil.
-Será lo mejor...- Luke le da la razón.- Rosa, ¿puedes hacerme un favor?- El joven mira a su novia.
-Dime.
-¿Podrías llevar a Hannah?
-Sí, claro.
-¿Tan pronto? ¡Yo no me quiero ir!
-Escúchame, pequeña. Si te quedas, el concierto no será una sorpresa...
-Pero... Jo.- Al pensarlo, la niña acaba cediendo.
-Si te parece, antes de ir a casa podemos comprar chocolate... ¿Quieres?- Rosalya se pone el abrigo.- Rox también se viene con nosotras, ¿verdad?
-Verdad.- Afirma la morena de ojos verdes.
-¿Tú también te vas?- Max mira a la joven que asiente con la cabeza.
-Tengo cosas que hacer en casa... Te diría de hablar luego, pero no sé si podré coger el móvil. ¿A qué hora quedamos mañana?
-Doce en mi casa, ¿cocino o pedimos algo?
-Cocina tú.
-Cómo aprovechas, eh...- Alexy les mira divertido.
-Por supuesto.- La chica sonríe antes de ponerse el abrigo y coger su bolso.- Te veo mañana.- Abraza a Max para después darle un beso.- Ensayad mucho, ¡hasta mañana chicos!
-¡Adiós!- Hannah se despide de todos lanzando besos.- ¡Vamos Rosa! ¡Vamos a comprar chocolate!
-¡Espera!- La castaña se acerca al hermano de la niña.- Luego hablamos.- Le da un corto beso antes de salir tras la pequeña y su mejor amiga.- ¡Nos vemos mañana en el Blow!



   Salen del auditorio después de más de dos horas ensayando. Normalmente no salen tan tarde de allí, pero hoy era una excepción.
-Luke, ¿tienes la llave del local aquí?- David mira a su amigo antes de buscar las llaves de su coche.
-Sí, ¿necesitas algo de allí?
-Tengo que ir a por las baquetas de repuesto.
-Toma.- El cantante rebusca en sus bolsillos antes de dárselas.
-Te las devuelvo mañana. ¿Vamos?- El joven mira a Dinna sonriendo.
-Sí... Hasta mañana.
-Hasta mañana, pareja.- Nyx les dedica una sonrisa.- Bueno, ¿te llevo a casa o qué?- Mira a Alexy curiosa.
-Que sí, pesada.
-¿Te vas con Nyx?- Albert se extraña al escuchar aquello.
-Sí... Lleva tú a Aisha. Os dejo solos, ¡a ver qué pasa! Que el coche también es mío...
-¡Joder, Alexy!- La chica le mira avergonzada.- ¡Tranquilízate con las bromas!
-Pero si yo os quiero...
-Vete de una vez, imbécil.- Albert camina hacia el coche al igual que la italiana.- Adiós...
-Adiós.- Luke y Max suben al coche del cantante para irse de allí
   Unos segundos más tarde, la moto de Nyx abandona el aparcamiento.
-¿Tienes mucha prisa por volver a casa?- El gemelo de pelo oscuro se abrocha el cinturón para después arrancar y salir de allí.
-No, ¿por qué? ¿Tienes alguna idea?
-¿Vamos a cenar a la cafetería de la calle principal?
-¿En la que estuvimos en vacaciones?- Aisha sonríe al ver que él asiente con un gesto.- De acuerdo, voy a avisar a mis padres.- Rebusca en su bolso hasta que encuentra su móvil.
   Durante unos minutos habla con su madre por teléfono para explicarle la situación.
-Sí, llevo las llaves, tranquila. Hasta luego...- Cuelga y vuelve a guardar el aparato en el bolso.- Todo arreglado.
-Me alegro.
-El ensayo os ha salido genial. Me encanta tu voz.
-Lo dices porque me ves con buenos ojos.- Responde avergonzado.
-Y aunque no lo hiciese, lo seguiría diciendo.- Sonríe.- No sé, pero tu voz me recuerda mucho a la de Pierre Bouvier.
-Mm... ¿El cantante de Simple Plan?
-Exacto.
-Ni punto de comparación.- Albert se empieza a reír mientras que aparca el coche.- Ya hemos llegado, señorita Dichiara.
-Estoy pensando...- La joven sale del coche y se fija en el local de recreativos que hay al final de la calle.- Podríamos cenar e ir después allí.
-¿Me lo estás diciendo en serio?- El joven asegura el vehículo antes de caminar hasta ella para abrazarla.
-Muy en serio.- Le da un corto beso.- Sé que te encantan estas cosas...
-Bien, pues cenemos y vayamos.- De la mano, la pareja entra en la cafetería.
   Encuentran una mesa libre junto a uno de los ventanales y no dudan en ocupar el sitio.
-Buenas noches, ¿qué vais a tomar?- El mismo hombre con el bigote gracioso que les atendió la última vez se detiene junto a la mesa.
-Una Coca-Cola.- Responde Albert con una sonrisa.
-Un Sprite.- Aisha ve cómo lo apunta todo.
-¿Y de comer queréis algo?
-Una hamburguesa de carne y queso.- El joven responde decidido.
-¿Y usted, señorita?- El hombre mira a la joven, que lee con atención la carta.
-Mm... Un sándwich mixto.
-Muy bien.- Una vez que ha tomado nota de aquello, el señor se aleja de allí.
-¿Qué han dicho tus padres sobre la expulsión?- La italiana pregunta con cautela.
   Durante unos segundos, el moreno permanece callado. Aún sigue molesto por el incidente de hace unas horas.
-Según ellos, he sido un insensato al hacerlo. Por una parte entienden que haya reaccionado de esa manera pero, por otra, creen que podría haber hecho las cosas de otra forma.
-Es que, Albert...
-Se lo merecía.- Responde con seriedad.- Que las cosas no hayan terminado bien entre vosotros, no le da derecho a decir lo que dijo. Siendo sincero, no me arrepiento de haberle dado ese puñetazo.
   La joven sonríe de lado antes de darle la mano por encima de la mesa. Algo más tranquilo, hace pequeños círculos sobre la piel de Aisha.
-Ay, el amor...- El señor del bigote les dedica una cálida sonrisa mientras que deja las bebidas.- Me recordáis tanto a mi mujer y a mi cuando éramos jóvenes... ¿Lleváis mucho tiempo juntos?
-No.- Albert sonríe divertido.
-Pues lo parece. Ahora os traigo lo demás, chicos.
-Muchas gracias.- Aisha le ve alejarse.- Qué simpático es, ¿no?- Bebe un trago de su Sprite.- ¿Por qué no venimos más a menudo?
-Deberíamos hacerlo.- El joven suelta una carcajada.- Además, este sitio es especial, ¿no crees?
-¿Por qué lo dices?
-Me pediste que te diera un abrazo y que te animara. Y además, esa tarde te dejé ganar jugando a la Play.
-¡Cierto!- Emocionada, mira por la ventana.- Digamos que ese día ganaste algunos puntos... Viéndolo de esa manera, creo que este sitio es muy especial.

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