sábado, 11 de abril de 2015

Capítulo 5.

   Pasa las hojas del cuaderno hasta dar con una en blanco y empieza a anotar las primeras frases que pasan por su cabeza.
-Dime otra frase.
-¿Otra? ¿No tienes bastante con esas?
-Otra.- Sentencia.
-Yo que sé, no tengo ganas de pensar.
-No quieres pensar pero quieres componer una canción, buena esa.- Luke le lanza el bolígrafo a la cabeza, pero él lo coge.- Entonces lo dejamos. Ya se nos ocurrirá algo.
-Seguro.- Se levanta del sofá y se estira un poco.- Voy a la cocina, ¿quieres algo?
-Una Coca-Cola.
-Tío, ¿no quieres una cerveza?
-No, gracias. Que tengo que conducir hasta mi casa.
   Se encoge de hombros y se marcha hacia la cocina, saca dos latas del frigorífico y regresa al salón con su amigo.
-Podríamos hablar con estos y preguntarles si van a salir.
-Hoy no, tenían noche en casa de Rosalya.
-Pero Albert y David no están allí, puedo llamarles.- Max coge su móvil y busca en su lista de contactos el número del gemelo de pelo oscuro. Espera unos segundos y éste responde.- ¿Sales un rato?
-Estoy en mitad de una partida.
-Vamos al Blow, avisa a David.
-Le llamo. Estoy allí en quince minutos.- Albert cuelga sin decir nada más.
   Max se empieza a reír. Sabría que aquello sacaría a su amigo de casa.
-Nos vamos al Blow.
-Pero si no me he terminado esto.- Luke señala su lata.- Además, que hoy estará lleno de gente.
-Es eso o quedarnos en casa sin nada que hacer.
   El castaño lo piensa por unos segundos y se levanta de su cómodo asiento. Mejor eso que estar aquí encerrados, sí. Coge su chaqueta y las llaves del coche.
-¿Llevas la moto?
-No, me llevas tú.
-Tendrás morro.
-Alguien tendrá que cuidar de mi cuando no me mantenga en pie, ¿no?
-Y me toca a mi, como siempre.
-Exacto..
   Niega con la cabeza y entra en el asiento del conductor. Su amigo le imita y arranca el coche. Pone la música a volumen alto y Max empieza a entonar la canción que se escucha por la radio.
   Llegan al Blow en cuestión de minutos. Cuando se trata de ir allí, no hay tiempo que perder. Aparca a unos metros de la entrada y salen del vehículo. Albert y David se acercan hasta ellos y los cuatro entran en aquel bar. Aunque el aspecto no es muy acogedor, ellos se sienten como en casa.
-¡Hola chicos!- Un hombre con complejo de portero de discoteca les saluda.- Llegáis en el mejor momento, hay partida de póker.
-No, gracias. Que luego pierdo.- David declina la oferta.
-¿Vosotros?
-A lo mejor después...- Max sonríe divertido.- Voy a por unas cervezas, id buscando una mesa.
-¡Que yo no voy a beber!- Luke eleva la voz, aunque él le ignora, como siempre.
   Albert suelta una carcajada y le da unas palmadas en la espalda. Y aquí comienza la noche del viernes...



   El fin de semana ha durado menos de lo esperado y el lunes ha llegado demasiado pronto. Cada uno ocupa su lugar de siempre e intentan prestar algo de atención, cosa que les está resultando difícil.
-Os dije que no era bueno salir en domingo.- Alexy les mira a los cuatro con cara de pocos amigos.- Pero nada, seguid así, os irá genial.
-Tampoco estuvimos hasta muy tarde...- David se encoge de hombros intentando parecer inocente, aunque sus ojeras demuestren que esté muerto de sueño.
-Qué va, sólo hasta las tres de la mañana.- Ironiza.
-Señores, ¿me están escuchando?- El profesor Fray les mira por unos segundos.
-Disculpe.
-Decía que tienen que ir eligiendo un delegado principal para la clase.
-¿No somos un poco mayores para seguir haciendo este tipo de cosas?- Uno de los alumnos se cruza de brazos.- Lo encuentro una tontería.
-Puede que les parezca una tontería, pero es necesario.
-¿Y vamos a decidir ahora?- Dinna pregunta curiosa.
-Exacto. Cojan un trozo de papel y apunten un nombre.
   La mayoría resopla y hace aquello con desgana, mientras que otros no dicen nada y cumplen con esa pequeña tarea. Fray, al ver que todos han terminado, pasa una caja en la que todos depositan aquellos trozos de papel.
-Bien, necesito que alguien lea los nombres mientras que apunto en la pizarra, ¿voluntario?
   Nadie dice nada y el hombre suspira.
-Olivier, por favor.
   Rox se levanta de su silla y se acerca hasta la mesa del profesor. Coge un primer papel y lee el nombre en voz alta.
-Max Williams.
-Os podéis ir a la mierda.- Eleva la voz a la vez que sonríe.- Me niego a ser delegado.
-Por favor, siga leyendo.- Fray pone orden.
-Brandon Lewis.- Coge otro papel y lo desdobla para leer el siguiente nombre.- Max Williams.
   Y así continúa durante cinco minutos.
-Gracias señorita Olivier, puede ocupar su sitio.
   Ella asiente con la cabeza y regresa a su mesa.
-Bueno, creo que ya tenemos delegado para este último año...- El profesor sonríe levemente.- Aunque estaban muy igualados, señores.
-Lo digo de verdad, no quiero ser delegado.- Max niega con la cabeza.- Brandon, todo tuyo.
-Ellos han decidido, ya está todo hecho.- Responde el chico.
   Max pone los ojos en blanco y resopla.
-Bueno, el delegado de este año es Brandon Lewis.
   El moreno de ojos grises sonríe aliviado. De verdad que no quería ese cargo durante el último curso.
-¿Y no hay subdelegado?- Pregunta Rox a su compañera de mesa.
-Si, suele haber subdelegado, ahora lo dirá, supongo.- Rosalya garabatea en una hoja de archivador.
-¿Alguien tiene alguna duda?- Fray les mira a todos.
-Yo tengo una...- Rox levanta mano.- ¿Habrá subdelegado?
-Sí, lo habrá.- Sonríe.- Será usted, por ejemplo.
-¿Yo? ¿Por qué yo? Solo era una duda...
   Max estalla en carcajadas y le da unas palmadas en la espalda a la joven. Ella se encoge en su asiento y niega con la cabeza. En qué momento ha hablado.
-Decidido. Lewis delegado y la señorita Olivier será la subdelegada.- Sentencia el tutor de aquella clase.
   El timbre finaliza con aquella hora y la mayoría salen al pasillo para despejarse entre clase y clase. Rox se queda sentada intentando asimilar lo que acaba de ocurrir. Era un duda, ella no quería tener un cargo en la clase.
-Me alegra saber que trabajaré contigo.- Levanta la vista para encontrase con unos bonitos ojos azules y una sonrisa amable.- Es bueno conocer gente.
-Supongo...- Hace una mueca.- Bueno, soy Roxanne Olivier, pero llámame Rox.
-Brandon Lewis, encantando.
   Ambos sonríen y empiezan una pequeña conversación sin saber, que a alguien no le gusta nada lo que está viendo...



   Se sientan sobre el césped que hay en el patio. Algunos sacan los libros e intentan terminar con las tareas antes de que llegue la siguiente clase y otros, hablan animados o simplemente se relajan.
-Tengo hambre...- Rosalya se pone de pie.- Voy a la cafetería, ¿viene alguien?
-Voy contigo.- Luke imita el gesto de la chica y ambos se marchan de allí.
-No hacen mala pareja, ¿eh?- David sonríe divertido.
-Para nada.- Albert le da la razón.- Sólo les falta un empujón... Yo creo que en el fondo, Luke siente algo por ella.
-Puede.- Max sonríe divertido.
-Tú le conoces mejor que nadie...- Dinna levanta la vista de sus apuntes.
-Le conozco y sé muchas cosas.- Responde riendo. Saca un cigarrillo de su mochila y lo enciende. Le da una primera calada y suelta aquel humo grisáceo.- ¿Queréis?- Mira a su grupo de amigos y les ofrece una calada.
-Dame.- Alexy coge el cigarro y a los segundos, suelta el humo.
-Os estáis jodiendo la vida.- Dinna resopla.
-Sabes que no fumo diariamente...- Max se encoge de hombros.
-Ya... ¿Ha pasado algo?
-Es lo mismo de siempre.
-¿Has buscado trabajo?- Alexy le da un apretón en el hombro a modo de apoyo.
-Sí, pero no están muy interesados...
-Si quieres, puedo hablar con mi primo para que trabajes en el taller.- David le mira.- Mañana si quieres, podemos ir a hablar con él.
-Gracias... Me harías un favor enorme... Necesito ayudar en casa.
   La conversación es interrumpida cuando Luke y Rosalya llegan acompañados por Rox.
-¡Que me voy a caer!- Rosalya se ríe divertida.- Luke, ¡quiero bajar!
-¿Segura?
-¡No me tires!
   Miran la escena con diversión. La joven está subida en los hombros de Luke y éste no intención de dejarla en el suelo.
-¡Hola Rox!- Albert saluda animado.- ¿Has hecho los deberes de Historia?
-Sí, me acordé anoche...
-Joder, yo me he enterado esta mañana de que había tarea.- Dinna resopla.
-¿Quieres que te los deje?
-¿De verdad?- Los ojos de la chica se iluminan.
-Sí.- Se ríe ante la emoción que demuestra la joven.
-¡Ay, te quiero!
   David niega con la cabeza y se empieza a reír, su novia no tiene remedio.
-Bueno, subdelegada, ¿cómo lo llevas?- El de los ojos grises sonríe burlón.
-Calla...
-Para qué habrás dicho nada, novata.
-Era una simple duda, nada más.
-¿Me quieres bajar de una vez?- Rosalya le remueve el pelo a Luke y éste se intenta peinar, cosa que le resulta inútil.- ¡Petterson!
-Odio que me llamen así.- El joven, accede a dejarla en el suelo.
-Cambiando de tema, ¿ensayamos esta tarde?- David mira a los componente del grupo.
-Claro, la duda ofende.
-Vale, pues a las cinco en el local, como siempre.
   El timbre anuncia otra nueva hora. Abandonan el patio y se adentran por los pasillos del instituto Parks Wood, pasillos llenos de niños corriendo de un lado a otro.
-Menudo caos...- Rosalya niega con la cabeza.
-Hace un par de años éramos así.- Albert se ríe.
-Yo no corría por los pasillos.
-Tú no, pero yo sí.
-Tú siempre has tenido complejo de cabra, no es por nada.- Alexy mira a su hermano riendo y éste le fulmina con la mirada.- Si yo te quiero.
-Vete a la mierda.
   Todos se ríen con la tonta discusión que mantienen, aunque en el fondo, saben que se tienen mucho cariño.

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