sábado, 9 de enero de 2016

Capítulo 29.

   Tras haber recogido todo el salón y haber limpiado a conciencia todo lo que dejaron anoche por ahí, se preparan para la hora de la comida. Los padres de Rosalya llegaron poco después de que ellos desayunan y tuvieron la idea de invitarles a todos a comer.
-¡Rox! ¡Tu móvil está sonando!- Alexy eleva la voz.
-¡Ya voy!- La joven baja las escaleras y llega al salón para contestar.- ¿Diga?
-Hola Rox, soy Brandon.
-Oh. Hola.- Responde curiosa.- ¿Qué tal?
-Bien, ¿tú qué tal?
-Igual... ¿A qué se debe tu llamada?- Su voz suena amable, aunque sigue sin comprender nada.
-Tan directa como siempre...- Se ríe el chico.- Tenía pensado ir al cine esta tarde y bueno, me gustaría saber si te apetece venir.
-¿Esta tarde?  No es posible, estoy en casa de Rosa y me quedo a comer. Además estamos todos...
-¿Y más tarde? ¿Sobre las siete?- Pregunta esperanzado.
-Lo siento, pero hoy no puedo. Otro día, tal vez...
-Bueno, lo comprendo. Solo te llamaba para eso. Pasadlo bien, hasta luego Rox.
-Gracias, adiós Brandon.- Cuelga.
-¿El delegado?- Alexy mira a su amiga curioso y ella asiente con la cabeza.- ¿Qué quería?
-Invitarme al cine.
-Vaya, lo sigue intentando, eh...
-¿Quién intenta qué?- Rosalya entra en el salón seguida de Luke y Dinna.
-Brandon. Ha llamado a Rox para ir al cine. Me parece que alguien no ha visto a la nueva pareja del grupo...- El rubio suelta una carcajada.
-Alex...- Rox se sienta en el sofá.
-Hacía mucho que no te decía nada, ¿no?- Aisha mira a la chica.
-¿Quién no le dice nada a quién?- Max entra en la casa tras haber estado fumando junto con David, Albert y Nyx.
-Brandon a Rox. Que acaba de invitarla al cine.- Alexy recibe un codazo por parte de la mencionada.
-Aún... ¿Tienes algo con él?- Pregunta con cautela.
-No. No tengo nada con Brandon.- La joven mira al chico.- Deberías saber que desde hace mucho, además...
-¿Desde hace mucho?- Nyx se acomoda en uno de los sillones.- Yo pensé que...
-Max y yo nos besamos hace tiempo.- Confiesa nerviosa.- Por eso no llegó a pasar nada con Brandon.
-¡¿Qué?! ¿Cuándo pasó?- Rosalya les mira sorprendida.
-Cuando organizaste la cita doble.- Albert, que está al tanto de todo, responde por ellos.
-¡Mis citas dobles dan resultados estupendos!- Celebra orgullosa.
-Lo tuyo son la citas, lo mío es hacer de Celestina... Podríamos ser un buen equipo.- Nyx mira a la anfitriona.- ¡Organicemos una encerrona!- Sonríe cómplice.
-¡Me parece buena idea!
-¡Nada de encerronas! ¡Os estoy viendo venir!- David niega con la cabeza.- Además, podríais ser más discretas, ¿no?- Hace un gesto señalando a Albert y a Aisha.
-Nada, nada. Estoy habrá que planearlo.- Las dos chicas se ponen de acuerdo con todo aquello.
-Chicos, siento interrumpiros pero vamos a comer en unos minutos. ¿Me ayuda alguien a poner la mesa?- La madre de Rosalya entra en el salón y mira al grupo de amigos.
-Yo te ayudo.- Alexy se pone en pie.
-Voy yo también.- Dinna sonríe.
-Gracias chicos.- La mujer regresa a la cocina acompañada por ellos dos.
-Bueno, estaba pensando... ¿Hacemos algo esta tarde?- Luke mira a sus amigos sonriendo.
-Tío, qué pereza.- David suspira.- Yo paso.
-Yo tengo ganas de pasar la tarde en casa, tranquilamente...- Aisha se encoge de hombros.- Lo siento.
-Oh, vamos. ¿Alguien se anima a salir?
-Venga, que yo me apunto...- Max le da una palmada en la espalda.- ¿Quién más se viene?
-¡Yo quiero salir!- Rosalya sonríe.
-Iré con vosotros.- Rox también acepta el plan.
   El resto se niega a salir. Unos porque están cansados, otros por el hecho de que hace frío y les da pereza... El caso es que sólo van a salir esas dos parejas.
-Pues nada, vosotros os lo perdéis.- El cantante les saca la lengua como si fuera un niño pequeño, cosa que les hace sonreír.



   Llegaron a casa hace poco más de una hora, pero él no está dispuesto a pasar la tarde encerrado en su dormitorio como de costumbre. Sale de su habitación y baja las escaleras trotando hasta llegar a la planta baja de la casa.
-¿Te vas?- Su padre le mira curioso.
-¡Sí!- El joven se pone el abrigo y coges las llaves que hay en la entrada.- Luego vuelvo.
-¿Vas a llevar el Citroen?
-Sí... Por cierto, papá. Debería llevarlo al taller.
-Ya estamos otra vez, ¿qué le habéis hecho al coche?- La madre del joven se cruza de brazos y mira a su hijo esperando una explicación.- Albert, que no hace ni tres meses que lo llevaste.
-Hace ruidos raros cuando frena... ¡Te lo puede decir Alex!
-¿Decir el qué?- El gemelo sale de la cocina.
-Que el coche hace ruidos cuando frena.
-Ah, sí. Un día de estos nos vamos a llevar un disgusto.- El rubio mira a sus padres.- Podríamos cambiar de coche...
-¡Sí, hombre! ¡Ya lo que nos faltaba!
-Mamá, uno de segunda mano... ¡Que este tiene más de diez años!
-No insistas.
-Yo lo he intentado.- Alexy mira a su hermano antes de subir las escaleras.
-Bueno, yo me voy. ¡Hasta luego!- Sale de casa y camina hacia la plaza de garaje que hay fuera. Abre el coche y sube en él.
   Antes de arrancar, envía un mensaje y a los segundos, ya le han respondido. Sonríe y se marcha de allí. El trayecto lo hace en completo silencio y pensando en todo lo que ocurrió ayer. No sabe cómo acabará todo esto, pero tienen que hablar.
   Quince minutos después, aparca frente a la casa. Nunca había estado allí. Baja del coche, pone el seguro y camina hacia la puerta con cuidado de no pisar el césped de los Dichiara. Llama al timbre y escucha los ladridos de un perro y unos pasos que se acercan. La puerta se abre y aparece un chico de no más de veinte años y un Beagle que se lanza a saludar.
-¡Nala! ¡Eh!- El chico llama la atención del perro pero éste no obedece.- Disculpa... Le encantan las visitas...
-No pasa nada.- Albert acaricia al animal y sonríe.- ¿Está Aisha?
-Sí, un segundo... ¡Aisha, te buscan!- El joven eleva la voz.- Pasa si quieres.- Le invita a entrar en la casa.- ¿Eres amigo de mi hermana?
-Sí, soy Albert.
-Yo soy Marco, encantado. Nala, déjale...
-Qué pronto has llegado...- Aisha baja las escaleras y sonríe.- ¿Subimos?
-Lo que quieras.- El gemelo de pelo oscuro se encoge de hombros.
-Vamos.
   El chico la sigue escaleras arriba, seguido de Nala.
-¡Nala, tú no!- Marco suelta una carcajada.- ¡Vamos pequeña, nos vamos de paseo!- Coge la correa y Nala baja las escaleras de nuevo para dar saltos de alegría al ver que saldrá a la calle.
   Los dos jóvenes llegan a la habitación y la chica cierra la puerta.
-Te puedes quitar el abrigo, déjalo en el escritorio si quieres.- La italiana le dedica una sonrisa.
-De acuerdo.- Albert le hace caso.- ¿Te he pillado en mal momento?- Ve que ella lleva su pijama puesto.
-Qué va, estaba viendo una película. La pregunta debería habértela hecho yo a ti. Te he hablado sin saber si estabas ocupado o no...
-No lo estaba.- El silencio inunda la habitación por unos segundos.- Bueno...
-Deberíamos hablar...
-Sí.- Asiente con la cabeza.
-Te puedes sentar.- Aisha se sienta en la cama y da unos golpes sobre el colchón. Albert se acomoda junto a ella.- No sé por dónde empezar.
-Por lo de anoche, tal vez. ¿De verdad has querido liarte conmigo?
-De verdad.- Se sincera.- Y al igual que tú, insisto en que aún sigo queriendo hacerlo.
-Pero... ¿Por qué? ¿Cuándo te diste cuenta?
-¿Y tú?
-Lo mío es obvio. Llevo interesado en ti desde que te conocí en clase.- El joven se sonroja.- Pero tú...
-Cuando empezamos a juntarnos más, es cuando comencé a pensar de otra forma. Eras tan diferente a Nathan...- La italiana no sabe cómo decirlo.- De alguna forma u otra solía compararos y al final, siempre te llevabas la mejor parte. En la forma de ser, por cómo me tratabas.... No sé.- Niega con la cabeza.- He tardado mucho en darme cuenta de las cosas. Creo que hasta hace muy poco, pensaba que sólo eras mi amigo.
-Nunca es tarde.- Albert se acerca a ella.- Mira, yo no sé cómo hacer estas cosas. Soy un torpe en lo referente a estos temas. Y sé que acabas de salir de una relación y que va a sonar muy directo pero...
-Quieres ir en serio.- Le interrumpe.- Ibas a decir eso, ¿verdad?
-Algo así...
   La chica sonríe tímida.
-¿Por qué no? No perdemos nada por intentarlo.- Y sin decirle nada más, Aisha corta la distancia que había entre ellos y le da un tierno beso.
   Albert, ante aquel gesto, sonríe. Por fin, después de varios meses, las cosas le salen bien.



   Hace un buen rato que llegaron al Blow y aunque anoche tuvieron fiesta en casa de Rosa, hoy no se van a quedar atrás.
-¡Me encanta esta canción!- Rosalya deja su bebida sobre la mesa tras darle un trago.- ¡Vamos Rox!- Coge a su amiga del brazo y la arrastra hasta la pista de baile.
-Vaya dos...- Max se ríe al ver las expresiones que ponen ambas chicas mientras bailan al ritmo de aquella canción.- No las quiero imaginar cuando lleven varias copas más.
-Me tocará llevar a Rosa a cuestas, como de costumbre.- Luke bebe un trago de su cerveza y mira a su amigo.- Iré a por otra, ¿te traigo una?- El chico señala su botellín.
-Otra Coronita, por favor.
-De acuerdo.- El cantante se pone de pie y camina entre la multitud hasta llegar a la pista. Habla durante algunos segundos con las chicas y finalmente, Rox camina hacia la mesa y Rosalya camina hacia la barra con su novio.
-¿Ya vuelves?- Max mira a la chica divertido.
-Se ha llevado a mi compañera de baile.- Sonríe.- Pero... Tal vez te apetezca acompañarme.
-Tal vez...- El de los ojos grises le da la mano y ella le ayuda a levantarse. Al hacerlo, Max le da un corto beso.- Vamos.
   Se mueven al ritmo de una canción pop-rock al igual que muchas otras personas. Durante un buen rato, se divierten bailando.
-Voy... A beber un trago.- Max resopla.- Estoy sediento.
-Jo... Venga, Max...
-Nena, voy, bebo y vuelvo.
-Mentiroso... Luego te quedas allí sentado.- Rox le sonríe burlona.- Un par de canciones más y vamos a beber, por favor...
-No puede salir nada bueno si me miras así.- Se acerca a ella y vuelven a besarse.
-¿Ah, no?
-No.
-¿Sabes? Aún no hemos hecho nada...
-Porque no ha surgido el momento, ¿no crees?- Max desliza una mano por la espalda de la chica.
-Hoy podría surgir...- La morena de ojos verdes le da un cálido beso.
-Podría... Pero no aquí, novata.
-Vaya, por si está aquí la nueva pareja del Parks Wood.- La voz de un chico hace que ambos se giren. Andrew sonríe cínico.- Es una lástima que tengas gustos tan pésimos, Olivier. Podríamos haberlo pasado muy bien.
-¿Disculpa?- La joven le mira seriamente.- No todas caen tan bajo, Andrew.
-¿Caer bajo?- Se ríe.- Muñeca, no sabes lo que te pierdes.
-Haz el favor de irte.- Max fija sus ojos en los del joven.
-¿Qué pasa Williams? ¿Tienes miedo de no ser lo suficientemente bueno y que ella también te deje?
-Que Jane fuese una de tus putas no significa que Rox lo vaya a ser.- Rosalya se acerca hasta ellos y mira a Andrew asqueada.- Vete a molestar a otro sitio.
-Tú, Andrew.- Nathan se acerca hasta el chico.- Hay unas chicas esperando a que las invitemos a unas copas, vamos.
-Sí, ya voy.- El joven mira a Rox.- Me ha gustado verte, bonita.
-No puedo decir lo mismo.
   Y soltando una carcajada por esa respuesta, Andrew se aleja de allí.
-Gilipollas.- Rosalya mira a sus amigos.- ¿Venís a la mesa? Luke ha traído un cubo con cervezas.
-Sí, vamos.- Max mira a la joven que tiene a su lado.- Olvida todo esto, ¿de acuerdo?- Sonríe al ver que ella asiente con la cabeza.- Por cierto, ¿de qué hablábamos antes de que nos interrumpieran?- Caminan entre la gente para ir hacia la mesa.
-Oh, sobre lo que podría surgir esta noche.
-Aún hay tiempo, ¿verdad?
-Verdad.
-Bien, porque creo que la noche puede ser interesante.- El guitarrista le da un corto beso en la mejilla, a lo que ella le responde con un rápido beso en el cuello.- Rox...
-Has dicho que la noche puede ser interesante... Pero no me has dicho cuándo puede empezar a serlo.



   Después de una larga noche en el Blow, y tener resaca, muy a su pesar tiene que ir al auditorio a ensayar. Coge una de las aspirinas que su madre le ha dejado sobre el escritorio y se la toma sin rechistar antes de salir de su habitación.
-¿Te vas?
-Sí, enana. Voy a ensayar.- Mira a su hermana pequeña, que juega en el pasillo con sus peluches.- ¿Tú no deberías estar durmiendo la siesta?
-No...- La niña niega con la cabeza.- ¡Ya soy mayor para siestas! ¡Tengo siete años!
-Estás hecha toda una señorita.- Luke se acerca a ella y le da un beso en la cabeza.- Te veo luego, ¿vale?
-¡Vale! ¡Luke, espera, espera!- La pequeña se pone de pie y entra en su habitación para salir unos segundos después con un cuaderno y varios folios en las manos.- ¿Me ayudas luego con los deberes de Matemáticas?
-Por supuesto.
-¡Bien! ¿Y le puedes llevar estos dibujos a los chicos? Los hice el viernes.
-¡Son geniales!- Luke sonríe al ver los folios.- Déjame adivinar. Este es para... Max.
-¡Sí!
-Este para Dinna... Para David... Aisha... ¿Y este?- Señala uno en el que aparecen dos personas.
-¡Ese es para Rosa! ¡Os dibujé a los dos!
-Les gustará mucho, enana. ¿Me tienes que dar algo más, Hannah?
-Mm...- Piensa por unos segundos hasta que al final asiente con la cabeza y le hace un gesto para que se ponga a su altura.- ¡Sí!- Le da un beso en la mejilla y un abrazo, algo que el cantante le devuelve encantado.
-Gracias enana, hasta luego.
-¡Hasta luego hermanito!
   El chico baja las escaleras y se despide de sus padres, que están en el salón viendo la televisión. Coge el coche y conduce hasta el auditorio, donde al llegar, comprueba que es el último en aparecer. Algo que le extraña, teniendo en cuenta que el guitarrista es quien siempre llega tarde.
-¡Hola chicos!- Saluda al entrar.- ¿Lleváis mucho esperando?
-¡Pero explícate! ¿Surgió así porque sí?- Dinna mira a Aisha sorprendida.
-¿Qué me he perdido?- Se quita el abrigo y lo deja sobre las butacas para subir al escenario.
-Tenemos nueva pareja en el grupo.- David se ríe.- Y estamos intentando informarnos...
-¿Nueva pareja?
-Eso parece.- Max abraza a Aisha por los hombros.- ¡Albert y ella han empezado a salir!
-¡Enhorabuena italiana!- Luke sonríe divertido.- ¿Cuándo ha sido?
-Ayer quedamos, hablamos... Y una cosa llevó a la otra.- La chica sonríe.
-Me alegro mucho por vosotros, de verdad.- La pelirroja le da un abrazo a la chica.
-Os he traído algo.- Luke les enseña los dibujos.- Los ha hecho mi hermana para vosotros.
-Hannah es genial.- David coge el suyo.- Se le da muy bien pintar, eh.
-Tu hermana es un amor, tío.- Max sonríe al ver su dibujo.- Otro que colgaré en el corcho.
-Para ti también hay.- El castaño le da un folio a Aisha y ésta sonríe.
-Dale las gracias de mi parte, aunque no la conozco...
-Un día la traeré y te la presento.
-¡Sí, por favor! Que hace mucho que no la veo...- Dinna sonríe.
-Bueno, cuando queráis, podemos empezar a ensayar.
-Vamos, que hoy tengo ganas de tocar.- David coge sus baquetas y camina hacia su batería.- ¿Por cuál empezamos?

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